Ingenio, imaginación y una puesta en escena cada vez más cuidada cautivaron al público que aguardó casi una hora desde el principio del desfile hasta el final.
Por las calles los grupos contagiaron con su buen humor, algo que es cada vez más característico.
Todos ellos con el único fin de contagiar al público en Bembibre, que tiene el privilegio de contar con uno de los carnavales más multitudinarios de la comarca.
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